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Evaluación del narcisismo patológico (vulnerable y grandioso)

[Pincus, A.L., Ansell, E.B., Pimentel, C.A., Cain, N.M. Wright, A.G.C. y Levy, K.N. (2009). Initial Construction and Validation of the Pathological Narcissism Inventory. Psychological Assessment, vol. 21-3 (365–379).]

Los investigadores partían de la constatación de que falta un concepto integrado sobre la patología narcisista de la personalidad, tanto en el área de la investigación como en la clínica, Por un lado no hay una clara diferenciación entre el narcisismo patológico y el narcisismo adaptativo o normal. Por otro lado, señalan la escasez de pruebas para la medida del narcisismo. La principal prueba de autoinforme para evaluar el narcisismo hasta este momento era el Inventario de Personalidad Narcisista (IPN), usado principalmente en psicología social y de la personalidad, sin embargo la investigación demuestra que esta prueba valora también características adaptativas, por ejemplo puntuaciones altas asociadas negativamente con los rasgos de neuroticismo y depresión y positivamente con motivación al logro y autoestima; además no hay estudios con población clínica de este test, por lo cual los autores concluyen que la prueba valora las dimensiones adaptativas, no ansiógenas del narcisismo. Consideran por tanto que no hay medidas multidimensionales específicas del narcisismo patológico bien validadas, que estén disponibles para los investigadores y también para los clínicos que quieran utilizar una prueba de autoinforme como complemento a la entrevista.

Otra concepción de partida era que la grandiosidad es solo uno de los componentes de la personalidad narcisista, contrariamente a lo que presenta el DSM (IV). Sin embargo tras repasar las distintas medidas de autoinforme existentes para el narcisismo, concluyen que ninguna de ellas valora de un modo clínicamente significativo las características del narcisismo patológico tanto su expresión narcisista como vulnerable. A partir de ahí, ellos presentan una nueva prueba de autoinforme, el Inventario de Narcisismo Patológico (INP), y muestran cómo han creado y validado este test en su primer recorrido de investigación empírica.

El primer estudio consistió en elaborar un banco de ítems que definieran el contenido del narcisismo patológico e identificara sus dimensiones nucleares. Los autores revisaron la literatura y un grupo de psicoterapeutas expusieron casos clínicos diagnosticados de narcicismo patológico que fueron discutidos. Todo esto llevó a establecer la hipótesis de 7 dimensiones del narcisismo patológico: autoestima contingente, tendencia a explotar a otros, prepotencia, fantasías grandiosas, devaluación de los otros y de la necesidad que uno tiene de los otros, evitación social narcisista, y ensalzamiento del autosacrificio. Se generaron 131 items que capturaban estas dimensiones del narcisismo patológico, diseñados con intención de que fueran concisos, no ambiguos, evitando términos coloquiales y jerga profesional, minimizando contenidos que se solaparan con otras dimensiones y buscando que fueran comprensibles por personas con nivel de lectura bajo. Se seleccionaron los ítems de manera independiente por miembros del equipo, se eliminaron los ítems redundantes o sin relevancia y, finalmente, quedaron 105 items.

A partir de ahí elaboraron escalas iniciales para examinar las propiedades psicométricas del INP. La escala inicial se aplicó a una muestra de 796 sujetos. Esta primera versión del INP consistía en 105 items que valoraban todas las dimensiones del narcisismo antes referidas. Cada ítem tenía 6 posibilidades de puntuación, desde 0 (no soy así en absoluto) a 6 (soy totalmente así). A partir de los resultados, los ítems fueron sometidos a análisis factoriales para estudiar las correlaciones y así eliminar los estuvieran sobrerrepresentados. El análisis factorial repetido llevó finalmente a la reducción de los 105 a 50 items significativos. Este banco reducido de ítems fue de nuevo sometido a análisis factorial y se extrajeron 7 componentes:

  1. Autoestima contingente. Refleja una autoestima significativamente fluctuante y reconocimiento de falta de regulación en ausencia de fuentes externas de reconocimiento y admiración.
  2. Explotación. Se refiere a la tendencia a manipular a los demás en las relaciones personales.
  3. Ensalzamiento del autosacrificio. Se refiere al uso de actos pretendidamente altruistas para sostener una autoimagen inflada.
  4. Ocultamiento del self. Refleja la falta de disposición a mostrar a los otros las carencias y necesidades propias.
  5. Fantasías grandiosas. Refleja el enganche en fantasías compensatorias de éxito, admiración y reconocimiento.
  6. Devaluación. Refleja desinterés en los otros que no aportan la necesitada admiración y vergüenza de necesitar reconocimiento por parte de los otros que los decepcionan.
  7. Rabia prepotente. Refleja afectos de enfado cuando no se obtienen las expectativas a las que se sienten merecidas.

Después de analizarlo y mejorarlo, el banco de ítems se quedó finalmente en 52, y se realizó un análisis factorial confirmatorio de estos 52 items con una segunda muestra. Un dato interesante fue la diferencia por género, las mujeres daban una puntuación significativamente algo más alta en 1 (Autoestima contingente, 3 (Ensalzamiento del autosacrificio) y 4 (Ocultamiento del self), y tenían una puntuación más alta en general en el INP. Los hombres daban puntuaciones significativamente algo más altas en 2 (Explotación) y 5 (Fantasías grandiosas).

El segundo estudio consistió en correlacionar el narcisismo normal con el patológico. Examinaron la relación entre las puntuaciones en el INP con otras pruebas que evalúan dimensiones narcisistas, como la dimensión del narcisismo hipersensible medida por la prueba citada al principio (el Inventario de Personalidad Narcisista o IPN), así como la relación con otros test que miden la empatía, la autoestima, la vergüenza y la organización de la personalidad. Usaron para ello una muestra de 820 adultos jóvenes. Los resultados confirmaron lo esperado por los investigadores, existía evidencia que confirmaba la validez del INP como medida del narcisismo patológico. Las subescalas del INP, que valoran  la disfunción de tipo grandioso y de tipo narcisista, se asocian ambas generalmente con baja autoestima, baja empatía, afectos de vergüenza, agresividad y organización límite de personalidad, manifestando una presentación del narcisismo como patológicamente ansiógeno y contradictorio. Sin embargo, la prueba hasta ese momento más importante del narcisismo, el IPN, parece valorar un narcisismo que se manifiesta como desagradable pero no con ansiedad y sí con seguridad del sí mismo.

El tercer estudio investigó la relación entre el narcisismo patológico y los problemas interpersonales. Para eso exploraron la relación entre el INP, el IPN y los problemas interpersonales, utilizando una muestra de 399 sujetos, a quienes aplicaron las medidas de autoinforme más relevantes. Los resultados sugirieron que el INP estaba relacionado con ansiedad interpersonal, mientras que el IPN estaba asociado con la adaptación interpersonal, lo que es consistente con la distinción entre narcisismo patológico y narcisismo normal. El IPN parece valorar un rango restringido de características grandiosas que refleja una tendencia a la dominación interpersonal sin ansiedad. Sin embargo algunas escalas del INP valoran las características grandiosas que reflejan tendencias interpersonales como ser abiertamente dominante, vindicativo, intrusivo y excesivamente abastecedor. La conclusión de los autores es que la relación entre ambas pruebas evidencia la validez del constructo sostenido por el INP, o sea que es una medida específica del narcisismo patológico.

El cuarto estudio investiga la relación entre narcisismo patológico y psicoterapia. Los autores se proponían dos objetivos. Primero replicar la validez externa conseguida en el estudio 2 en una pequeña muestra clínica. Y en segundo lugar examinar cómo se relaciona el narcisismo normal y el patológico con variables de la psicoterapia tales como el curso y la utilización del tratamiento, la ideación suicida e intentos de suicidio, y conductas parasuicidas en la clínica de la psicoterapia en el ámbito externo. Las expectativas eran que la escala del INP que representaba la grandiosidad narcisista correlacionaría negativamente con el uso del tratamiento y que la escala del INP que representaba la vulnerabilidad narcisista correlacionara positivamente con el uso del tratamiento.

El 100% de los pacientes de la muestra reunía criterios de al menos un trastorno del Eje I y el 72% más de uno. Los trastornos incluían trastorno depresivo mayor, trastorno de ansiedad generalizada, distimia trastorno bipolar II, trastorno de ansiedad no especificado, esquizofrenia, trastorno de pánico, fobia social, bulimia nerviosa, déficit de atención/ hiperactividad y trastorno de adaptación. Un 68% de los pacientes tenían al menos un trastorno de personalidad del Eje II.

Se les aplicó la batería de autoinformes usada para el estudio 2. La información recogida de cada paciente reunía notas de sesiones, notas psiquiátricas, informes del tratamiento e informes de la terminación de éste si los había. Utilizaron una muestra de 20 pacientes con una media de 35 años.

El estudio replicó la validez de las correlaciones encontradas en la muestra de adultos jóvenes, evidenciando que se pueden generalizar los resultados del INP a poblaciones clínicas. Además las escalas del INP manifestaron correlaciones significativas moderadas con la utilización de la psicoterapia (tomar medicación, hospitalizaciones parciales, uso del teléfono en momentos de crisis, número de terapias previas, número de sesiones asistidas, número de sesiones canceladas por el paciente, historia de violencia, ideación homicida, intentos de suicidio, número de conductas parasuicidas…) Por el contrario, las escalas del IPN no se relacionaban con ningún tipo de variables de la psicoterapia. Los resultados sugieren por tanto que el IPN no valora el narcisismo patológico, mientras que el INP valora aspectos clínicamente relevantes del narcisismo patológico que tienen impacto en la psicoterapia. También en consistencia con las expectativas previas de los autores, había asociaciones significativas con las conductas parasuicidas, intentos de suicidio e ideación homicida, sugiriendo que tanto la grandiosidad como la vulnerabilidad narcisista están relacionadas con la agresividad contra el self y contra los otros.

Emergieron datos de que las características grandiosas del narcisismo patológico reducen la utilización del tratamiento con más frecuencia (más cancelaciones y más faltas a sesiones, menos uso de medicación, menos hospitalizaciones parciales y uso de recursos externos), mientras que las características vulnerables promueven el uso del tratamiento (más uso de servicios de crisis y hospitalizaciones parciales, pocas faltas a las sesiones). En la escala de Ocultamiento, a tendencia a ocultar el self se asocia con menos tratamientos previos y más cancelaciones, sin embargo una vez en tratamiento, es el mejor predictor de número de sesiones asistidas. Los resultados sugieren que principalmente es la vulnerabilidad narcisista la que está asociada con la utilización del tratamiento, por tanto es más probable que los terapeutas puedan ver pacientes narcisistas cuando están en un estado de vulnerabilidad. Çoncluyen los autores que basarse solo en los criterios diagnósticos del DSM (IV) puede impedir el reconocimiento del narcisismo patológico.

En resumen, partiendo de una concepción de que el narcisismo patológico es diferente al normal y no está bien conceptualizado ni medido en la investigación hasta el momento, y asumiendo los autores que el narcisismo patológico se presenta con una dimensión grandiosa y una dimensión vulnerable, han realizado un inventario de autoinforme multidimensional que valora el narcisismo patológico, incluyendo subescalas para la grandiosidad h la vulnerabilidad, y lo han confirmado con cuatro estudios empíricos. El principal test de evaluación del narcisismo que existía hasta ahora, el IPN, ha resultado no ser un test apropiado para valorar el narcisismo patológico, pero puede servir como prueba complementaria para evaluar el narcisismo normal-adaptativo.

Como limitaciones del estudio a subsanar en futuras investigaciones, los autores señalan que toda la investigación está basada en autoinformes; que no están incluidas valoraciones de los constructos del Eje II; que tampoco usaron inventarios de rasgos de personalidad narcisistas; que la mayor parte de las muestras eran de estudiantes con mayoría de mujeres y sin representación racial significativa; y finalmente que la muestra clínica era bastante pequeña. En este momento están dando más pasos en la investigación, convencidos de que el INP puede promover la investigación empírica de la patología narcisista de la personalidad.

 

Dolores J. Díaz-Benjumea

 

 

 

Publicado
el 15-06-2016

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